A 44 años del golpe cívico militar en Argentina

La libertad de pluma, en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, sostiene el Nunca Más.

Hay un imperativo ético impostergable en transmitir a las nuevas generaciones sobre lo acontecido en esa época oscura, época de terror, desapariciones, torturas, exilio, cárcel, centros de exterminio para imponer un modelo económico neoliberal reaccionario y excluyente violando todos los principios e instituciones democráticas de los pueblos. No fue un hecho aislado, se implantó la Doctrina de Seguridad Nacional impulsada por los Estados Unidos y el Plan Cóndor en toda la región.

Democráticamente se concluyó una etapa de cuatro años que consistió en la prosecución de ese modelo excluyente, a través de una política del miedo, de una represión sistemática a toda manifestación de resistencia a las medidas del gobierno neoliberal, valiéndose de métodos como el lawfare, el accionar coordinado de las fuerzas de seguridad, más persecuciones de todo tipo y encarcelamiento de dirigentes, tal como ya ha sido denunciado por la ONU y otros organismos como Amnistía Internacional. Para imponer su programa económico oligárquico y la deuda con el FMI, se hacía necesario terminar con la práctica política y, así como en su momento se tuvieron que servir de las fuerzas represivas del estado para imponer un modelo de exclusión y cambiar la matriz de acumulación, hoy se sirvieron del poder judicial y el lawfare para consumar ese sistema. Una muestra de un nuevo modo de sojuzgar a los Pueblos, la vía de la dictadura institucional con el uso discrecional de las instituciones democráticas pero al servicio de un plan de exclusión. De más está aclarar que se trata nuevamente de un plan global. Basta mencionar los ejemplos de Bolivia, Ecuador, Chile y el avance de modelos neoliberales proto-fascistas como es el caso de Brasil.

Se trata de recuperar una vez más las marcas legadas en la memoria del pueblo, frente a  «la nueva razón del mundo» que se sirve de los métodos más diversos para custodiar su hegemonía, desde los más deleznables, que dan rienda suelta a las pulsión de aniquilar y las pasiones más oscuras hasta los recursos republicanos de las democracias. El objetivo es el mismo. Se trata entonces de señalar sin ambages que el neoliberalismo es incompatible con la democracia plural, igualitaria e inclusiva. Las luchas de los diferentes movimientos feministas y de los movimientos sociales nos iluminan el camino en ese sentido.

Una vez más, y a 44 años de la dictadura genocida de 1976, decimos: ¡Nunca Más!

 

 

 

 

 

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