Encontramos variadas voces hablando hoy acerca de los feminismos, tan variadas, y tantas voces, que podemos colegir que estamos abiertamente en el lado de lo femenino: deslocalizado y no-todo. Tomaré como referencia a dos autoras de muy distinta formación, pero de gran impacto actual.
Quisiera comenzar con algunas reflexiones de Virginie Despentes, escritora y realizadora francesa que expone en su libro Teoría King Kong una propuesta: avanzar hacia la revolución de los géneros. Comienza proponiendo que las mujeres siempre hemos estado vigiladas ‘por nuestro bien’ a deslizar que todos estamos vigilados, por el discurso dominante. No pudiendo ubicar cuál sería la actitud correcta a tomar, señala que los fracasos son en realidad colectivos, sociales, en manos de un sistema que aplica el mismo método de confusión para hombres y mujeres, ya que “un buen consumidor es un consumidor inseguro”1, colocando así del lado del discurso neoliberal parte de la pluralidad de malestares. En una sociedad de vigilancia liberal, el ser humano es un simple consumidor y los semblantes propuestos nos hacen recordar al ensayo que García Canclini escribiera en 1995: Consumidores y ciudadanos2. En él hacía visible que las preguntas propias de los ciudadanos se responden desde el consumo privado de bienes y desde los medios masivos. Desde la mirada de Despentes, la virilidad tradicional es una maquinaria “tan mutiladora como lo es la asignación a la femineidad”3 teniendo por femineidad la serie de estereotipos que hacen al semblante de lo femenino para las mujeres. El capitalismo como religión igualitaria que nos somete a todos y nos lleva a sentirnos atrapados, como históricamente se han sentido las mujeres.
Al tocar el tema de la sexualidad en este esquema, Despentes vuelve a señalar que hay cierta igualdad en la asignación social de roles. Pone a los hombres ofrecidos como “cadáveres gratuitos para el Estado”4 y a las mujeres como esclavas de los hombres, quedando igualitariamente subyugados, con nuestras sexualidades confiscadas y todos sometidos a la vigilancia normalizadora.
Ubicando incluso a Simone de Beauvoir, autora que se inscribe en otra época de los feminismos, encontramos algo de esa igualdad ante el avance del malestar. Va a decir: “ellos no siempre aceptan su vocación viril, ellas tienen buenas razones para aceptar menos dócilmente todavía la vocación que se le asigna”5.
También dedica Despentes muchas páginas a explicar los problemas específicos de quienes, como mujeres, han debido enfrentarse a la misma historia opresiva que los hombres pero añadiéndole la opresión específica del rol adjudicado, al que se le suma una enorme violencia. Pero va a terminar puntualizando que el feminismo es una aventura colectiva, una visión del mundo. Como escuchamos y leemos en algunas de las múltiples ramas de los feminismos, la función social y liberadora no ha de dejar fuera la diversidad de lo humano. En la misma línea podemos inscribir el trabajo de la antropóloga Rita Segato, quien recientemente, en su discurso en la Feria del libro en Buenos Aires va a invocar: ¡por un mundo radicalmente plural!
Segato pondrá el acento en la apropiación de lo cultural, sosteniendo la vigencia y fortaleza de lo regional. “Cada feminismo solo puede ser construido con los elementos de su propia historia”6. Considera que en las regiones que habitamos resiste la vincularidad y que hay jirones de comunidad que hay que preservar. Lo denomina “nuestro feminismo”. Y nombra asimismo las relaciones de poder, aquéllas que ponen en juego la jerarquía como factor de dominación y nombra aquí al patriarcado en tanto pilar de esas jerarquías, frente a las cuales el sujeto se encuentra más solo y desvalido.
Estas dos autoras se inscriben en la línea de una propuesta que no niega la diferencia. Hacen hincapié en el estatuto de semblante que depara a cada cuerpo un rol esperado por lo social de la época señalando lo que también se ha dado en llamar el teatro del género: “no hay género sin escena de género, sin teatro de la identidad sexual”7. Pero les propongo no olvidar que desde la orientación lacaniana esto no ha de quedar desanudado de lo Real: hay una porción del goce que no va a responder a la ley del deseo, ni a la ley de la palabra. Hay un Real sin ley. Hay un goce que, regulado por el falo, podrá consentir a los cambios propuestos, a las revoluciones planteadas, a la búsqueda de derechos que, escritos como normas jurídicas, acompañen las propuestas de estas corrientes del feminismo. Y hay un goce, que llamamos femenino, desregulado. Que hará obstáculo a la propuesta y que siempre estará en otro lado.
Ambas pensadoras nos llaman a la desobediencia. Teniendo por obediencia el sostén de los semblantes de género propuestos por la cultura. Obediencia que tropieza en el orden político patriarcal arrojando violencia, la violencia ancestral que repele los movimientos personales y sociales desde siempre. Lo irreductible de la agresión estará presente, no podría no estarlo desde que somos seres atravesados por el lenguaje, que intenta y vuelve a intentar hacer otra cosa con la pulsión. Esa imposibilidad, que es nuestro signo, es leída por esta línea feminista como ilusión de una marca que podría declinarse. Un movimiento feminista no excluyente, como resistencia al neoliberalismo y a la precarización de la vida aparece en el horizonte de estas nuevas voces.
Desde el psicoanálisis pensaremos en identificación y sexuación, allí donde nuestras leyes vigentes dicen identidad y género, pero como nos recuerda Mónica Torres, “es necesario conversar con los actores sociales”8 buscando el modo de participar en los debates que nos atraviesan. La ontología política de lo jurídico nos llama a considerar cuánto de estas leyes, las ya promulgadas y las que están en el calendario de las luchas actuales, transforma la subjetividad de la época.
Alejandra Crivelli es psicoanalista, reside en Buenos Aires.
Abogada, Lic. en Psicología, Psicoanalista, Diplomada del ICdeBA.
Notas:
1 Despentes, V., Teoría King Kong, Random House, Buenos Aires, 2018, pág. 27.
2 García Canclini, N. Consumidores y ciudadanos: conflictos multiculturales de la globalización, Grijalbo, México, 1995.
3 Despentes, V., op. cit., p. 33.
4 Ibíd., p. 125.
5 Beauvoir, S., El segundo sexo, Cátedra, España, 2017.
6 Segato, R. Discurso en la 45° Feria del libro, Buenos Aires, 2019.
https://www.pagina12.com.ar/190007-feria-del-libro-el-discurso-completo-de-rita-segato
7 Berger, A.E., El gran teatro del género. Identidades, sexualidades y feminismos, Mardulce, Buenos Aires, 2016, p. 43.
8 Torres, M., “Los nuevos feminismos” Dossier: Feminismos, La libertad de pluma N° 3.