Graciela Musachi – «Otto y la izquierda freudiana»

Por su teoría psicoanalítica de las neurosis, Otto Fenichel ha sido definido como “un moderno Noé que hubiera tratado de meter a cada psicoanalista en un arca preparándose para el diluvio”. Paradójicamente, ese libro era imposible de llevar para los que estudiábamos con él en los 60, dado su peso y su volumen. Quizás ese peso borró el papel que Otto tuvo en la política del psicoanálisis y, en particular, el que tuvo en la Argentina.

En cuanto a sus ‘dotes’ teóricas, las cosas no resultan claras si le preguntamos a Freud quien lo citó tardíamente y sólo una vez (1930) en “Sobre la sexualidad femenina”. Por su parte, los juicios de Lacan varían según el uso estratégico dependiendo del contexto aunque sus referencias son numerosas y, en el balance, despectivas (muy mal teórico, se embrolla, testigo instructivo, hallazgo -aunque vacilante- de la ecuación girl-falo, oscila entre la banalidad y la canallería, se contradice, se horroriza si tocan su ideal del amor, presenta perlas clínicas, forma parte de la enseñanza en los institutos).

Defensor de una ortodoxia psicoanalítica asentada en un marxismo revolucionario, pudo afirmar que “todos estamos convencidos de que tenemos en el psicoanálisis de Freud el núcleo del futuro de la ‘psicología  materialistico- dialéctica’”.

Su Seminario, en el Instituto de Berlín, sobre niños era un lugar electivo para la actividad de jóvenes analistas disidentes, la mitad de ellos mujeres lo cual era consistente con la población de mujeres de su círculo de actividad política. Después de la expulsión de W. Reich de la IPA (Reich  le había causado a Freud demasiados dolores de cabeza dado que ponía en peligro tanto a los psicoanalistas como al psicoanálisis durante el avance del nazismo), Fenichel hizo una retirada táctica en su militancia política, Otto se presenta, de este modo, como la contrafigura de Reich que no sólo delira con la política sino también con la sexualidad.

En ese tiempo, las Rundbriefe, una suerte de grupo de ardoroso Whatsapp en papel y sociedad secreta que ayudaba a exiliarse a los judíos, reemplazó, para Fenichel, a la militancia política como también lo hizo una militancia por la ortodoxia psicoanalítica que, ya que la revolución no se avizoraba posible en su tiempo, debería cambiar primero a los seres humanos.

En “Crítica a la pulsión de muerte” se muestran todos los impasses no sólo de su posición sino de su modo de entender el campo freudiano al sentenciar “Tal interpretación significaría una eliminación del factor social en la etiología de las neurosis contribuyendo a  una completa biologización de las mismas”.

En “La pulsión de acumular riqueza” (donde la pulsión y la realidad social actúan dialécticamente) se interna en los problemas que plantea el capitalismo con ”limitadas” observaciones económicas, según constata un articulista quién, sin embargo, no se priva de elevarlo cuando afirma que “Adam Smith podría ser Fenichel”, sin importarle lo que puedan decir los que puedan seguir esas huellas.  Otto, quien aprendió mejor que muchos las equivalencias simbólicas (recordar la girl-falo) hace jugar el objeto anal en los efectos de la lógica capitalista para mostrar que esa acumulación es indicativa de la sociedad de clases alienada y que el dinero siempre sustituye a otra cosa. Con el ascenso del fascismo y del nazismo (que lo empujarían hacia el centro capitalista del mundo de su tiempo), Fenichel se centró en situar el Complejo de Edipo en el pequeñoburgués al que consideraba base del fascismo por su ambivalencia respecto del padre (temor a su autoridad y dependencia económica); no habría Edipo sin la familia la cual no es un axioma para el marxismo: es su revolucionaria conclusión.

 

Un destino sudamericano

Los Ángeles 1938, después de Oslo y Praga, fue donde lo arrojó el exilio hasta su muerte en 1946.

Como tantos otros psicoanalistas que emigraron durante el nazismo, en el mismo año Angel Garma llega a la Argentina y dos años después inicia una frondosa correspondencia con Fenichel como su supervisor, en alemán. También llega Marie Langer a mediados de 1942. Ambos estarán en la fundación de la APA (1942) precedida por enfrentamientos de la izquierda con el psicoanálisis. Si señalamos esta coyuntura es para situar el instante de ver en el que tanto Mimí (Langer) como unos cuantos otros terminaron formando parte de los grupos Plataforma y Documento en 1971, grupos que se escindieron de la APA para que de cada diván se levante un guerrillero, como decía la dama. Señalemos que Garma no formó parte de esos grupos.

Correspondencia frondosa: es el adjetivo que usa Betty Garma al publicar en la Revista de la APA una selección (entre julio de 1940 y marzo de 1942) de esas cartas que, aunque bastante numerosa, no nos permite saber más de lo que muestra:

  • de parte de AG, pedidos de bibliografía, envío de sus trabajos y discusiones acerca de su modificación de la teoría de los sueños, informaciones sobre la situación del psicoanálisis en la Argentina y sus progresos, supervisión de casos, pedido de consejos sobre cómo proseguir la formación, relato de éxitos personales en conferencias, información sobre un proyecto de fundar una editorial psicoanalítica para editar autores argentinos y extranjeros, pedido de que Fenichel escriba un compendio de psicoanálisis[1];
  • de parte de Otto, muestras de alegría por los progresos del movimiento psicoanalítico en la Argentina, críticas al psicoanálisis norteamericano, consejos de contactar con otros países de la región, “Ud. no necesita mis consejos”, envío de bibliografía, deseos de visitar el país, consejos de abandonar el concepto de pulsión de muerte, pedido de noticias de Argentina, pedido de un texto, “crítico si necesario”, sobre Pichon Rivière que había enviado un trabajo para la publicación Psychoanalytich Quarterly.

La total ausencia de comentarios, aunque sean mínimos, sobre las posiciones políticas de ambos en esta selección nos desalienta, aún así…

El Archivo Ángel Garma, dependiente de la Facultad de Psicología de Rosario, guarda toda la documentación (digitalizada) que ha dejado Garma. Sería de gran interés para los avatares de la izquierda freudiana en la Argentina proseguir la investigación que iniciamos aquí para saber si esa  “izquierda freudiana”, (como se denominó a algunos psicoanalistas como Otto, Reich y Bernfeld, en el comienzo) se transmitió a estas psicoanalíticas pampas y hasta dónde su prudencia alcanzó al campo freudiano. Al parecer, alcanzó a Garma.

En vez, si seguimos atendiendo al testimonio de Marie en su momento de concluir y donde campea la ironía después del retorno a la democracia en nuestro país, no parece haber sido el caso de los que integraron los grupos que hemos mencionado y del que ella era mentora. Conocía a Otto, sin embargo, ya que en 1971 rescata a los mencionados de la izquierda freudiana pero, al mismo tiempo, decía no haber conocido sus trabajos aunque se formó en Viena y militaba en el PC.

Es necesario decir que la posición política de Fenichel, aún prudente, no impidió que su ortodoxia psicoanalítica llegara a su revés al malversar el fundamento del psicoanálisis, precisamente, por esa posición política como se atisba en los textos que hemos comentado.

Cuestión de discursos, en el sentido lacaniano del término.

 

Graciela Musachi es psicoanalista, reside en Buenos Aires.

Analista miembro de la Escuela de la   Orientación Lacaniana (AME) Presidente de la EOL (2006-2007), Vicepresidente de la Fundación Descartes, autora de (entre otros) Encanto de erizo, feminidad en la hystoria, Katz Editores, Buenos Aires, 2017.

Notas bibliográficas:

[1] Teoría psicoanalítica de las neurosis apareció en castellano por editorial Paidós en 1957, el año en que la APA entró en la UBA. Se trata, como lo indica Fenichel en la presentación, de un libro que recoge en la primera parte dos textos publicados en los años 30 sobre cuestiones específicas del psicoanálisis y en otra parte, los más de sus veinte años de enseñanza en institutos de psicoanálisis de Europa y América;  comprendía allí todo lo que, a su criterio, un practicante del psicoanálisis debe saber para formarse.

 

Bibliografía consultada:

Garma, A., “Intercambio epistolar entre Otto Fenichel y Ángel Garma” en Revista de la APA, volumen 52, Nro. 04.

Sin nombre de autor:

https://revolutionarydesire.wordpress.com/a-cop-sleeps-in-each-of-us/reclaiming-otto-fenichel/

Fenichel, O., Teoría psicoanalítica de las neurosis, Ed. Paidós, Buenos Aires, 1957.

Steiner, R., De Viena a Londres y New York. Emigración de psicoanalistas durante el nazismo. Nueva Visión, Buenos Aires, 2003.

Izaguirre, M., Jacques Lacan: el anclaje de su enseñanza en la Argentina. Otium ediciones, Bs. As., 2017.

García, G., La entrada del psicoanálisis en la Argentina. Perspectivas y obstáculos. Altazor, Buenos Aires, 1978.

E.Carpintero, E. y Vainer, A., Las huellas de la memoria. Psicoanálisis y salud mental en la Argentina de los 60 y 70, Tomos  I y II, Editorial Topía, Buenos Aires, 2005.

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