Marcela Ana Negro – Apuntes sobre la subjetividad neoliberal

Lo ocurrido en días pasados en Argentina (respecto del DNU presidencial llamando a 15 días de confinamiento, que incluía la suspensión de clases presenciales, debido al aumento de casos de coronavirus, de camas UTI en uso y de muertes en el país), nos permite dar un ejemplo de qué a que nos referimos cuando decimos que el neoliberalismo produce una nueva subjetividad. Intentaré situar cuál es esa subjetividad y de qué modo se genera.

Iré a la lógica del proceso, dejando de lado si una u otra de las dos posiciones en juego estaban en lo correcto o equivocadas. Lo que intento señalar es que mientras parecen ser simplemente posiciones encontradas respecto de un determinado factor, en realidad, cada una interviene en un nivel de operatividad distinto. (Para quien no esté al tanto de los hechos, sugiero leer la primera nota al pie de este artículo)1.

 

Análisis de situación

En estas idas y vueltas que se produjeron, ¿qué es lo que se puso en acto? La generación de una situación caótica donde nadie sabía bien qué hacer. La base del caos –de cuyas dimensiones no todos cobraron verdadera consciencia‒ estuvo en lo siguiente:

1) Se cuestionó un decreto del gobierno, lo cual puso en cuestión la pirámide de gobernabilidad del país.

2) Se recurrió a la intervención de otro poder del estado, produciendo un efecto de debilitamiento del poder ejecutivo.

3) Se interpretó como medida ‘educativa’ (y, por lo tanto, intervencionista de parte del gobierno nacional sobre la ciudad), lo que era una medida sanitaria de nivel nacional.

En síntesis, lo que estuvo en juego en esos días fue la institucionalidad (estemos o no de acuerdo con el DNU presidencial; estemos o no de acuerdo con la educación presencial como actividad esencial; creamos o no que el covid-19 es una pandemia que requiere de medidas de confinamiento; apoyemos a una u otra coalición partidaria).

 

El caos como principio

Se trata de esclarecer lo que sucede a nivel del sujeto sometido al caos. De más está decir que cada sujeto es único y que cada uno responde desde su singularidad; pero, a nivel social, se da un efecto de masa particular, al que Eric Laurent llama individualismo democrático de masas2.

El caos impide pensar. Hace que el sujeto se deje llevar fácilmente. Se vio cómo el acto de desacato del gobierno de la ciudad produjo inmediatamente el desacato de algunos padres y de varios colegios. Las tres instancias ‒jefe de gobierno, padres, colegios‒ solo reconocieron como válido aquel fallo que dictaminó a favor de lo que ellos pedían. Se produjo un efecto por el cual se hizo de la autonomía, una independencia y de la pertenencia a una ciudad, una muralla autosegregatoria.

Todo ello implicó dejar en segundo plano lo que había sido la principal cuestión: el tratamiento de la situación crítica de la pandemia en el país.

Entonces: desconocimiento de la estructura piramidal político-social, desobediencia civil, autosegregación,  degradación del significante libertad (a un valor imaginario de hacer lo que quiero), negación de la situación traumática y conflictiva producida por el covid (que nos pone en la encrucijada de la bolsa o la vida3, la salud o la economía).

 

Deslizamiento

Si prestamos atención, vemos que en todos los casos, lo que se llevó a cabo es un deslizamiento en, al menos, 5 puntos: 1) desde lo sanitario a lo educativo, 2) desde el poder ejecutivo y legislativo al judicial, 3) desde la noción de autonomía de la ciudad a su independencia, 4) desde la prevención de la muerte a la restricción de la libertad, 5) de la estratificación de las instancias gubernamentales a igualar a todas las instancias, dándoles el mismo nivel de autoridad (igual valor un juez de CABA que la Cámara de Casación Federal).

¿Qué característica tiene este deslizamiento? En los cinco aspectos consiste en extraer el hecho de la trama simbólica en la que está inmerso y de la que es parte, y que lo enmarca como acto sostenido en un decir, y en reconducirlo a una dimensión que, con Lacan, llamaré de un orden de hierro. Eso deja a algunos sujetos inmersos en un nivel del lazo social y a otros en otro.

 

Los efectos subjetivos

La operación que introduce la lógica neoliberal es la siguiente. Primero, se instaura una situación de caos. Naomi Klein mostró bien en su libro La doctrina del shock4 cómo el caos político es siempre la condición necesaria para la distracción de la población y de los gobiernos requerida para llevar a cabo cambios que, de otra manera, no serían admitidos. El caos es no saber a qué recurrir para referenciarse, es perder la trama social simbólica en la que uno está inmerso.

Como paso siguiente, se ofertan valores, significantes, que sí tienen una función referencial y, por lo tanto, tranquilizadora: república, libertad, justicia. Pero, y esto es esencial, están usados de forma descontextualizada. Es lo que llamaba antes el ‘deslizamiento’. Ello produce un vaciamiento de sentido. No hay una enunciación que sostenga esos enunciados, porque la enunciación está en otro lugar.

Y entonces, el tercer paso: el uso de estos significantes como defensa. La defensa de quien no tiene referencias simbólicas es el rechazo. Rechazo que toma distintas formas: a los políticos, al estado, a un determinado partido político; pero que, en el fondo, es rechazo del reconocimiento de la responsabilidad del propio acto, rechazo de la imposibilidad que se pone en juego a cada momento en lo político, en lo social y en lo subjetivo, rechazo de la diferencia y del conflicto, y finalmente, rechazo del lazo al otro. Es la libertad al servicio del goce y no del deseo, la justicia al servicio de lo que yo quiero, la república al servicio de la anomia, el derecho al servicio de desprenderse de la autoridad de las instituciones. Se establece un ‘no con el otro sino contra el otro (sea lo que sea que represente lo otro).

Por último, ¿qué es lo que se va instrumentando poco a poco, lentamente? Es la salvación por el lado del individualismo y de lo privado. Allí se apunta.

 

La lógica de lo privado

La lógica de lo privado es la del capital; la de su contabilización y su cálculo. Es un cambio de nivel. Del sujeto sostenido por la palabra y el deseo que ella introduce pasamos al sujeto del número y el goce que él implanta. Un sujeto que puede describirse como aquel que todo lo encara según un patrón que tiene cuatro aristas: solo (individualismo), ya (exigencia), más (eficacia) y mejor (eficiencia). En palabras de Enric Berenguer: “el nuevo sujeto asume en sí y por sí mismo los objetivos y los funcionamientos del sistema”5. El sujeto neoliberal es aquel que construye su subjetividad a partir de un “ser nombrado para”6: para ser un recurso humano al servicio de la contabilidad del goce.

La estructura neoliberal tiene la lógica de la financierización del capital privado introducido desde la política y el estado mismo. Su instrumentación requiere, en primer término, que la sociedad descrea de la vieja política y del Estado como factor regulador. Para montar eso se necesita que los sujetos, y con ellos la sociedad, no piensen, porque actuar compulsivamente sin pensar siempre introduce el factor de la pulsión de muerte desligada. Sin el pasaje por los tiempos subjetivos (instante de ver, tiempo de comprender, momento de concluir) requeridos para ligarla, para hacerla pasar por lo psíquico, el sujeto queda librado a la destrucción del otro y la autodestrucción que ella promueve.

Es un proceso que se va llevando a cabo lentamente. Margaret Thatcher dijo hace 30 años: “la economía es el método, el objetivo es el alma”. Lo sucedido en Argentina en estos días es un ejemplo de la erosión paulatina de un orden, el orden del padre, que está siendo sustituido por otro, el orden de hierro.

 

Marcela Ana Negro es psicoanalista, reside en Buenos Aires.

Doctora en Psicología, Magister en Psicoanálisis, miembro de EOL-AMP y de AASM, docente del IOM2, directora editorial de La libertad de pluma.

 

Notas:

  1 Brevemente: En Argentina, gobierna la Nación un partido y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (la capital del país), otro. El partido que dirige la ciudad se presenta como republicano, democrático, dialoguista, consensuador. Ellos son los que gobernaron el país en el periodo anterior.  El que dirige el país se presenta como progresista, siguiendo las bases fundacionales que planteó Perón: justicia social, independencia económica y soberanía política. Frente al gran incremento de casos de Covid-19 en Argentina en el último mes, el presidente decidió sacar un decreto de necesidad y urgencia (DNU), que tiene valor de ley, y que contemplaba la reducción de ciertas actividades por un lapso de 15 días en la zona del país más afectada: la capital del país y el sector más poblado de la provincia de Buenos Aires, que es el que rodea a la capital. Entre estas medidas, estaba la suspensión de las clases presenciales, que debían pasar a realizarse en forma virtual –repito‒ por 15 días.  La respuesta del gobierno de la ciudad fue recurrir a la Corte Suprema de la Nación para que dictaminara si ese decreto operaba o no sobre la ciudad. La argumentación era que la ciudad era autónoma y decidía ella sobre políticas educativas y el motivo para rechazar el paso de las clases a la virtualidad era que las clases no tenían injerencia en la subida de casos (el motivo del gobierno era que las clases no, pero la circulación de padres, adolescentes y niños que esta implicaba, sí. El gobierno insistía en que se trataba de política sanitaria y no de política educativa.  En paralelo a la presentación ante la corte, un grupo de padres se presentó ante una jueza en lo contencioso y administrativo de la ciudad pidiendo declarar incompetente el decreto. Judicializaron una decisión política. La jueza rechazó el pedido. Se presentaron además ante la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires que se expidió en favor de los padres. Mientras tanto, colegios privados llamaban a una movilización a la residencia del presidente (y no a la Casa de Gobierno). Una vez producido el fallo de esta Cámara (algunos de cuyos miembros están vinculados por lazos familiares a funcionarios del gobierno de la ciudad), el jefe de gobierno informó, a última hora del día, a padres y escuelas que al día siguiente había clases presenciales. El jefe de gobierno, que había recurrido a la Corte Suprema de la Nación, sin esperar su respuesta, tomó como válido el fallo de la Cámara de CABA.  El gobierno nacional  presentó un recurso ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal  solicitando que se declarara incompetente el fallo de la Cámara porteña, cosa a la que ese tribunal hizo lugar. Mientras tanto, los sindicatos docentes porteños convocaron a un paro. El gobierno de la ciudad, desconoció el fallo bajo la premisa de su autonomía. Patricia Bullrich, presidenta de Propuesta Republicana (PRO) uno de los partidos que integran la coalición de Juntos por el Cambio que gobierna la ciudad de Buenos Aires dijo en los medios que niños de 7 y 8 años tuvieron que salir a protestar ante la casa del presidente y enfrentarse a “hombres pertrechados” porque sus padres militantes extremos, no los dejaban ir a la escuela. Entretanto algunos periodistas insistían en el desgobierno del presidente que ya cargaba con 60 mil muertos.

Finalmente, la Corte dio un fallo fuera de tiempo (ya habían pasado los 15 días), por lo tanto, sin vigencia ni utilidad y flojo de argumentos (decía desconocer el tema y argumentaba que el gobierno no era claro en sus motivos) en el que avalaba la acción independiente de la ciudad en materia educativa, eludiendo que se trataba de cuestiones sanitarias. La Cámara Federal de Casación Penal dio la última palabra sobre el tema a favor del DNU.

Agreguemos para cerrar el relato de los hechos que 2 semanas después CABA tuvo que suspender la presencialidad por el constante incremento de casos. Sin explicaciones, en lugar de sostener la virtualidad, suspendieron el dictado de clases.

2 Laurent, E., “¿Qué es un Psicoanálisis Orientado hacia lo Real?” http://www.jornadaseol.com/026/index.php?file=lecturas/textos-de-orientacion/que-es-un-psicoanalisis-orientado-hacia-lo-real.html   

3 Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 1988.

4 Klein, N., La doctrina del shock, Paidós, Buenos Aires, 2017.

5 Berenguer, E., Laval, Ch., Dardot, P., El ser neoliberal, Gedisa, Barcelona, 2018, p. 14.

6 Lacan, J., clase 19-3-74 del Seminario 21 “Los no incautos yerran”, inédito.

 

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